La doctora Sagrario Pérez Ramírez celebra su 100º cumpleaños acompañada por el Colegio de Médicos de Asturias
Fecha:
03/11/2025
La tarde del 3 de noviembre fue una de esas jornadas que dejan huella. A las cuatro en punto, en la residencia Aramo Auditorio de Oviedo, la doctora Sagrario Pérez Ramírez, la colegiada de mayor edad del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Asturias, celebró su 100º cumpleaños rodeada del cariño de su familia, de sus compañeros de residencia y del Colegio, representado por su presidente, Luis Antuña, y su vicepresidenta, Elisa Seijo.
El encuentro, íntimo y muy emotivo, comenzó con la entrega de un ramo de flores, que Sagrario recibió con una lucidez y una sonrisa que sorprendieron a todos los presentes. La doctora, que conserva una vista envidiable, incluso leyó sin gafas la tarjeta de felicitación. “Estuvo animada, feliz, con ese brillo tan suyo”, recordaba después el presidente.
También estuvo presente su sobrina Amparo, junto a varios familiares y compañeros de la residencia, que quisieron acompañarla en un día tan especial para ella… y para la comunidad médica asturiana.
Una visita para recordar
La celebración tuvo algo de viaje al pasado. Al hablar con Sagrario —animada, suave y siempre educada— era inevitable recorrer su vida profesional, la de una mujer pionera en tiempos en los que la Medicina era casi exclusivamente territorio masculino.
Nacida en Madrid en 1925, Sagrario vivió de niña en Colloto durante la Guerra Civil, regresó más tarde a Madrid para estudiar Medicina y, una vez graduada, volvió a Asturias para comenzar a ejercer como médico de guardia en la Cruz Roja de Oviedo. Allí conoció al doctor Paco Combarro, su gran mentor, quien despertó en ella la pasión por la Anestesia, especialidad en la que obtuvo el título en 1965.
En 1973 aprobó la oposición de anestesia en Bilbao, donde trabajó dos años antes de regresar definitivamente a Oviedo. Aquí se incorporó al servicio de Maternidad, donde con los años llegó a ser Jefa de Sección. En un tiempo en el que las mujeres apenas tenían presencia en los quirófanos, Sagrario fue un referente discreto, admirado y querido por cirujanos, compañeros y pacientes. Su generación fue pionera en muchos de los aspectos técnicos de la anestesia intravenosa que hoy perduran.
Su vida profesional estuvo acompañada siempre de una enorme curiosidad: Sagrario adora el cine, el teatro, la ópera y viajar. Y también, quizás sobre todo, a su familia, a la que dedicó un cuidado constante y que hoy le devuelve con creces todo ese cariño.
Un siglo de vida, un legado imborrable
La celebración del lunes fue, sobre todo, un homenaje a una trayectoria que forma parte de la historia reciente de la Medicina en Asturias. Una mujer que abrió camino, que formó a generaciones de profesionales y que dejó un legado humano y técnico que aún late en los pasillos del hospital.
Desde el Colegio de Médicos de Asturias queremos expresar públicamente nuestro agradecimiento a Sagrario, a su sobrina Amparo y a toda la familia por permitirnos acompañarles en este día tan significativo. Fue un privilegio poder compartir con ella este siglo de vida y celebrar la grandeza de una profesión a la que dedicó todo su talento, su esfuerzo y su sensibilidad.
Felicidades, doctora Pérez.
Gracias por tanto.